Un método único: El Talento Afectivo

El Talento Afectivo se compone de dos dimensiones; la educación del afecto y la educación afectiva.

El afecto trata de conocer las emociones y saber cómo nos influyen, es lo que llamamos Inteligencia Emocional.

La educación afectiva convierte a las personas en más vitales, auténticas y generosas para vivir y trabajar de forma equilibrada y estimulante.

Esa capacidad afectiva se ve a menudo amenazada por el afecto, y nos volvemos prisioneros de nuestro estado de ánimo.

Nuestro método armoniza los 4 elementos que más influyen en las relaciones, fomentando el ser constructivos y optimistas para actuar de otro modo en las situaciones delicadas.

Descubre aquí cómo el Talento Afectivo saca lo mejor de ti.

El Sentir

La mente se puede dispersar, pero los sentidos y el cuerpo se centran más en los que realmente está pasando. Nuestro primer elemento te da la capacidad de aumentar tu manera de percibir tu interior y exterior; porque la primera buena actitud es la interior.

Y el sentir es entero cuando conquista todos los interiores.

La Expresión

Ahora toca expresar nuestros sentimientos y lo que queremos aportar. Pues la vida es un diálogo entre nuestros deseos y los hechos que realmente acaban ocurriendo; si ese diálogo es conflictivo, afecta a nuestras relaciones.

El segundo elemento lo puede cambiar todo a mejor en un instante.

La Voluntad

El tercer elemento es como el fuego; aprovecha cualquier escombro para levantarse más fuerte.

La superación se logra con el esfuerzo, pero aprovechando los escombros de la imperfección que vamos acumulando, uno también se transforma y se supera aún más al reparar los errores y no abandonarse.

La Conciencia

Desenreda los dilemas y abre las puertas de los valores y del cambio. Es el que te mantiene en alerta y estable cuando tienes que tomar grandes decisiones, como perdonar o retirarte en ti mismo.

Un cuarto elemento que te hará llegar más lejos si lo cultivas bien.

Las 7 facultades del Talento Afectivo

1.

Construye valor a compartir

Asienta buenas bases y descubre a tu interlocutor (necesidades, inquietudes...) para aportar algo enriquecedor en esa relación. Si no aportas algo útil a la relación, no sirve; y si no se intercambia tampoco sirve. Y la relación no progresa.
1.
2.

Atiende las señales de conexión

Activa tu intuición y ponte en sintonía con el otro para ayudar en la relación y detectar oportunidades o amenazas.
2.
3.

Sé realista

Armoniza lo ideal con lo real para no autoengañarte y sé práctico.
3.
4.

Repara sin desanimar

Reacciona antes del límite y repara de forma sana; sin desanimar al otro y sin mortificarse a uno mismo.
4.
5.

Respeta y cumple

Tolera las imperfecciones para disminuir tus respuestas impulsivas y cumple con tu compromiso.
5.
7.

Explora más puntos de unión

No te estanques. Sé creativo y prueba nuevas formas para mejorar siempre la relación.
7.